Con la investigación que confirma el impacto negativo que los influenciadores de la masculinidad pueden tener en la salud mental masculina, los expertos instan a las marcas a repensar su enfoque.
La acción legal contra el influencer Andrew Tate, combinada con la popularidad de la adolescencia del éxito viral de Netflix, ha catapultado el tema de la masculinidad tóxica en el titulares en los últimos meses.
A medida que las marcas y los consumidores abordan ‘la manosfera’, influir es ver un cambio.
En abril, la organización benéfica Movember y la consultoría The Good Side lanzó ‘Young Men’s Health in a Digital World’, un informe basado en una encuesta con 3.000 hombres jóvenes, que encontró que el 63% de los encuestados observan a hombres y influyentes de masculinidad. Más de dos quintos (43%) encuentran a estos influyentes motivadores y entretenidos (45%).
En declaraciones a la Semana de Marketing en el evento ‘Marketing de BBH Labs se reúne hoy (19 de junio), director de la Iniciativa de Masculinidades Reimagining en la Fundación Movember, Sarah Sternberg, dijo que la investigación nació del trabajo que la organización benéfica estaba haciendo con los influenciadores de YouTube en llegar a hombres jóvenes sobre temas de “apertura y vulnerabilidad emocional”.